lunes, 2 de junio de 2014

Como empezó...


De repente llega un día y te das cuenta de lo vulnerable que eres, de que tienes miedo y de que necesitas ayuda, y es ese día el peor al que te has enfrentado nunca...

Desde el años aproximadamente hasta la pubertad he sufridos crisis asmáticas, unas más graves y otras menos graves, catarros, sarampión, gripe, me operaron de apendicitis, infecciones de orina...cosillas supongo que normales dentro de lo que cabe para todo el mundo.


Cuando una noche te acuestas y te empiezan a doler los dedos corazones de ambas manos sin ningún motivo aparente te empiezas a plantear su origen. Lo primero que pensé es que como había hecho un masaje quizá hubiera hecho más fuerza de la debida (aunque en mi interior sabía que no, me servía como excusa para explicarme el origen del dolor). 

A la mañana siguiente el dolor había desaparecido de esa zona para trasladarse a la muñeca de la mano izquierda y lo achaque a un mal movimiento en el partido de pádel que tuve el día anterior (aunque también sabía que no era ese el origen).

El dolor no cesaba y cada vez era más incapacitante por lo que requería un antiinflamatorio. Un día más pase con ese dolor insoportable que ya casi me afectaba a toda la mano, sentía como si me hubiera dado un gran golpe, me dolían los músculos y los huesos.

A pesar de todo y aunque se lo comunique a mi familia y a mi pareja aguanté casi cuatro días hasta que el cuarto por la mañana  me despertó un dolor...
                                                                                                     ...una impotencia funcional que no me permitía ni sujetar las sábanas. Como pude me levante y fue en el baño cuando me vi ambas manos hinchadas y pálidas. No podía ni siquiera cerrar la mano por el dolor y la falta de fuerza. Ya no había excusas, necesitaba ayuda.

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